29 dic 2010


Una revisión de 101 aplicaciones de teléfonos inteligentes revela que el iPhone y los móviles con el sistema Android violan la privacidad de los usuarios

Pocos aparatos saben más detalles personales sobre la gente que los teléfonos inteligentes en sus bolsillos: números de teléfono, ubicación, usualmente el nombre real del usuario, incluso un número de identificación que no puede ser cambiado ni desactivado nunca.
Estos teléfonos no guardan secretos. Esta información personal se comparte amplia y constantemente, especialmente en Estados Unidos, según una investigación de The Wall Street Journal.
Un examen de las 101 aplicaciones más populares (juegos y otros programas de software para iPhone y teléfonos Android) mostró que 56 de ellas transmitieron el número de identificación único del teléfono a otras compañías sin el conocimiento o consentimiento del usuario. Otras 47 aplicaciones transmitieron la ubicación geográfica del aparato de alguna manera. Cinco enviaron la edad, el género y otros datos personales a terceros.
Los descubrimientos revelan el audaz esfuerzo que realizan las compañías de rastreo en línea para obtener información personal de los usuarios y generar perfiles detallados.
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Entre las aplicaciones probadas, las del iPhone transmitieron más información que las de los otros teléfonos que usan el sistema operativo Android, de Google Inc. Dada la envergadura de la prueba, no se sabe si el patrón se mantenga con las cientos de miles de aplicaciones disponibles.
Entre las aplicaciones que comparten la mayor cantidad de información está TextPlus 4, un popular software de mensajes de texto para el iPhone. Envía el número único de identificación del teléfono a ocho compañías, y manda el código postal del aparato, junto con la edad y el género del usuario a dos de ellas.
Las versiones de la popular aplicación de música Pandora, tanto de Android como de iPhone, envían edad, género, ubicación e identificadores del teléfono a varias redes de publicidad. Las versiones de iPhone y Android de un juego llamado Paper Toss —en el que los usuarios lanzan bolas de papel a un cesto de basura— enviaron el número de identificación del teléfono a, al menos, cinco redes de publicidad. Grindr, una aplicación del iPhone para conocer a hombres homosexuales, envía el género, la ubicación y la identificación del teléfono a tres compañías de publicidad.
"En el mundo móvil no existe el anonimato", dice Michael Becker de la Asociación de Marketing Móvil, un grupo del sector. Un teléfono celular está "siempre con nosotros. Siempre está encendido".
El fabricante del iPhone, Apple Inc., dice que revisa cada aplicación antes de ofrecerla a sus usuarios. Tanto Apple como Google aseguran que protegen a los usuarios requiriendo que las aplicaciones obtengan permiso del usuario antes de revelar cierto tipo de información, como la ubicación.
"Hemos creado fuertes protecciones de privacidad para nuestros clientes, especialmente en lo que se refiere a la ubicación", dijo el vocero de Apple, Tom Neumayr. "La privacidad y la confianza son de vital importancia".
The Wall Street Journal descubrió que esas reglas pueden eludirse. Una aplicación del iPhone, Pumpkin Maker (un juego donde se talla una calabaza) transmite la ubicación a una red publicitaria sin pedir permiso al usuario. Apple declinó hacer comentarios sobre si el programa violaba sus reglas.
Los usuarios de teléfonos inteligentes prácticamente no pueden hacer nada para limitar el rastreo. En las computadoras es posible bloquear o borrar las cookies, que son pequeños archivos de rastreo. Dichas técnicas usualmente no funcionan en las aplicaciones para teléfonos celulares.
Los fabricantes de TextPlus 4, Pandora y Grindr dicen que la información que comparten con terceros no está vinculada al nombre del usuario. Los datos personales como edad y género son ofrecidos voluntariamente por los consumidores, dicen. El fabricante de Pumpkin Maker dice que no sabía que Apple requiriera que la aplicación pidiera aprobación del usuario antes de transmitir la ubicación. El fabricante de Paper Toss no respondió a la solicitud de información.
Para exponer la información que comparten las aplicaciones para teléfonos inteligentes, The Wall Street Journal diseñó un sistema para interceptar y grabar la información que transmiten y luego decodificó los datos. La investigación cubrió 50 aplicaciones para el iPhone y 50 para los teléfonos que utilizan el sistema operativo de Google, Android.
Entre las aplicaciones examinadas se incluyó la del WSJ y comprobamos que no envía ninguna información a terceros. El periódico no tiene una aplicación para el sistema operativo Android.
Entre los programas examinados, el dato que la mayoría compartió fue el número único de identificación asignado a cada teléfono, el cual es una "supercookie", dice Vishal Gurbuxani, cofundador de Mobclix Inc., una central para publicidad móvil.
En los iPhones este número es conocido como UDID, por sus siglas en inglés. La identificación de Android tiene otros nombres. Estos números de identificación son establecidos por los fabricantes del teléfono, las empresas de telefonía celular o los diseñadores del sistema operativo, y típicamente no pueden ser bloqueados ni borrados.
Meghan O'Holleran, de Traffic Marketplace, una red de publicidad en Internet, dice que su firma, una división de Epic Media Group, monitorea a los usuarios de teléfonos inteligentes siempre que puede. "Vemos qué aplicaciones descarga, con qué frecuencia las usa, cuánto tiempo invierte en ellas, qué tanto profundiza en la aplicación", explica y agrega que la información es acumulada y no vinculada a un individuo.
Las principales compañías que fijan las reglas para la compilación de información de las aplicaciones tienen importantes intereses en el negocio de la publicidad. Las dos plataformas para teléfonos inteligentes más populares en EE.UU. son el iPhone, de Apple, y Android, de Google. Google y Apple también tienen los servicios más grandes (por ingresos) de colocación de publicidad en los teléfonos móviles.
Las redes de publicidad de ambas compañías permiten a los anunciantes llegar a grupos específicos de usuarios. Tanto Apple como Google dicen que no rastrean individuos con base en la forma en que utilizan las aplicaciones.
Apple limita lo que se puede instalar en el iPhone ya que exige que las aplicaciones para su teléfono se vendan a trav'es de su propia tienda en línea. La empresa revisa el software en cuanto a funcionalidad y otros criterios.
Los teléfonos que utilizan el sistema operativo Android están hechos por compañías como Motorola Inc. y Samsung Electronics Co. Google no revisa las aplicaciones, que pueden ser descargadas a través de diferentes distribuidores. La empresa afirma que los fabricantes de aplicaciones "son responsables por la forma en que manejan la información del usuario".
Google exige que las aplicaciones para Android notifiquen a los usuarios antes de la descarga sobre las fuentes de información a las que tendrán acceso. Las posibles fuentes incluyen la cámara del teléfono, la memoria, la lista de contactos, entre otras 100. Si a los usuarios no les gusta, pueden optar por no descargar la aplicación, dice Google.
"Nuestro objetivo es asegurarnos de que los usuarios tengan el control sobre las aplicaciones que instalan y sepan a qué información tiene acceso el programa", dice el vocero de Google.
Ni Apple ni Google exigen que las aplicaciones pidan autorización para tener acceso a los datos de identificación del teléfono, ni para enviarlos a terceros. Cuando los usuarios de teléfonos inteligentes permiten que una aplicación vea su ubicación, las aplicaciones no informan si esos datos serán enviados a compañías de publicidad.
La falta de estándares implica que diferentes compañías manejan la misma información de manera diferente. Por ejemplo, Apple dice que, internamente, trata la UDID del iPhone como "información personal de identificación". Eso debido a que puede combinarse con otros datos personales de las personas, como nombre o correo electrónico, que Apple obtiene vía su tienda de aplicaciones o los servicios de iTunes. En cambio, Google y la mayoría de los fabricantes de aplicaciones no consideran que el número único del teléfono sea información para identificar al usuario.
Una creciente industria está ensamblando esta información para generar perfiles de los usuarios celulares. Mobclix, la central para publicidad móvil, sirve de puente entre más de 25 redes publicitarias y unas 15.000 aplicaciones en busca de anunciantes. La compañía con sede en California recopila los números de identificación de los teléfonos, los codifica (para esconder el número), y los asigna a categorías de intereses basadas en las aplicaciones que los usuarios han descargado y el tiempo que invierten en ellas, ente otros factores.
Al rastrear la ubicación de un teléfono, Mobclix también "deduce" dónde vive una persona, dice Gurbuxani, de Mobclix. Luego, la compañía compara la ubicación con información demográfica y de gasto que obtiene de Nielsen Co.
En aproximadamente un cuarto de segundo, Mobclix puede ubicar a un usuario en alguno de los 150 "segmentos" que ofrece a los anunciantes, desde "ecologista apasionado" a "señora con niños pequeños". Según Mobclix, su sistema es poderoso, pero sus categorías son lo suficientemente amplias como para no hacer identificaciones individuales.
Además de la tienda de Apple, con unas 300.000 aplicaciones, otros fabricantes de teléfonos, incluyendo el del BlackBerry, Research in Motion Ltd., y Nokia Corp., rápidamente construyeron sus propias tiendas de aplicaciones. Android Market de Google, que abrió a finales del 2008, tiene más de 100.000 aplicaciones. La firma de investigación de mercado Gartner Inc. calcula que la venta de aplicaciones mundialmente alcanzará los US$6.700 millones este año.

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