27 oct 2010

También se pidió información vía transparencia sobre el patrocinio del gobierno.

Guadalajara.- Basados en la experiencia de uno de los participantes, CODISE AC demandará a Courage Latino, grupo que promueve la “sanación” de la homosexualidad, ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), por ofrecer un servicio que no puede cumplir, por discriminación y por hacer uso de publicidad engañosa.
Así lo dio a conocer Rodrigo Rincón, presidente del grupo de activistas gay, quien afirmó que para comenzar el procedimiento sólo hace falta contar con la dirección de las oficinas de Courage Latino.
Afirmó que el motivo de la denuncia ante Profeco es que de acuerdo al artículo 1, fracción VII, de la Ley Federal de Protección al Consumidor, queda prohibida la publicidad engañosa “Entendiendo por engañosa aquella que refiere características o información que inducen a error o confusión por la forma falsa o exagerada en que se presenta”, y eso sucede con la de Courage.
Además el método de selección utilizado por el grupo católico también será motivo de queja ante Profeco, pues realiza un “proceso de selección de clientela y se reserva el derecho de admisión”, lo que CODISE interpreta como un acto de discriminación.
Informó que a través de transparencia se solicitó información sobre la cantidad que habría dado el gobierno del estado para patrocinar el próximo evento de Courage en Guadalajara.
Lamentó que gracias a las posturas sobre temas de diversidad sexual que mantienen el cardenal Juan Sandoval y el gobernador, Emilio González Márquez, grupos como éste encuentran un ambiente propicio para reclutar “clientes” para sus terapias que no están basadas en la ciencia.
A viva voz
En la misma conferencia de prensa se presentó el testimonio de Edgar Galarza, quien participó en uno de los encierros de Courage Latino. Recordó que no basta con pagar el monto del taller, sino que es necesario pasar por un proceso de selección que comienza al ser invitado por el grupo y recibir un cuestionario con preguntas como si el participante o algún pariente “se han visto envueltos” en prácticas como aborto, desnudismo, pornografía, masturbación, culto a la muerte, bestialidad o alcoholismo, entre muchas otros. Galarza recordó que asistir al taller fue una experiencia dolorosa “porque ubican puntos específicos de nuestra vulnerabilidad, de nuestro estado de ánimo y ahí es donde ponen el dedo en la llaga. Y el tocar esa herida, nos ponemos más sensibles a querer escuchar una palabra de ayuda”. Para ellos la orientación homosexual es algo que ni siquiera existe y afirman que sólo es una reacción a problemas familiares en la infancia. A Galarza la terapia le causó problemas emocionales que luego tuvo que tratar para aceptar su condición de gay y poder vivir con ella sin ninguna culpa.
Ricardo Salazar

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