26 jul 2011

Anders Behring Breivik, sospechoso en los mortíferos ataques perpetrados en Noruega el viernes, comparecerá por primera vez ante la justicia este lunes en una audiencia que él espera sea pública y donde quiere presentarse en uniforme, buscando atraer el máximo de atención. 

Tras haber reconocido ser el autor del atentado con coche bomba contra la sede del gobierno y luego del tiroteo contra unos 600 jóvenes en la isla de Utoya, que causaron en total 93 muertos, Behring Breivik comparecerá a las 13:00 (11:00 GMT) ante un juez con miras a su detención provisional. 

Desea dos cosas: lo primero es que la audiencia sea pública y segundo que pueda presentarse vestido con uniforme”, declaró su abogado, Geir Lippestad, a la televisión NRK, sin poder indicar “de que uniforme se trata”. 

“Quiere explicar lo que hizo. Quiere hacerlo públicamente”, agregó. 

En esta primera comparecencia, la policía pedirá a puerta cerrada la detención provisional de Behring Breivik por una duración excepcional de ocho semanas renovables, el doble del máximo habitual. 

“Generalmente, el máximo es de cuatro semanas, pero en casos especiales, se puede pedir hasta ocho semanas renovables”, explicó a la AFP una portavoz de la policía, Viola Bjelland. 

Según el tribunal de Oslo, el juez, Kim Heger, decidirá antes sobre el carácter público o no de la audiencia, y luego se pronunciará sobre el asunto de la detención provisional.

Desde las 8:00 (6:H00 GMT), muchos equipos de televisión provenientes del mundo entero y varios camiones equipados de antenas satelitales están congregados frente al tribunal, informó un periodista de la AFP. 

Claramente planificada desde hace tiempo, esta masacre, una de las más  sangrientas de la historia noruega, causó 93 muertos, 97 heridos y un número no determinado de desaparecidos, según el balance suministrado el domingo por la policía. 

Las fuerzas del orden precisaron que 86 personas murieron en el tiroteo contra un campamento de verano de la juventud laborista en la pequeña isla de Utoya y otras siete murieron por la explosión que devastó el barrio de los ministerios, en el centro de Oslo.

El diario Dagbladet publicó este lunes en la portada los nombres y las fotos de 10 desaparecidos, de entre 14 y 21 años. 

Justo antes de pasar al acto, Anders Behring Breivik, de 32 años, difundió en internet un manifiesto de 1.500 páginas en el que se presenta como un cruzado comprometido en la lucha contra el islam y especialmente contra el marxismo. 

Este rubio alto de cabellos cortos afirmó que actuó solo al ser interrogado par la policía, que indica sin embargo desconocer sus móviles. 

“Reconoce los hechos pero no reconoce su responsabilidad criminal”, precisó el comisario Sveinung Sponheim. 

En su manifiesto, lleno de diatribas islamófobas y antimarxistas, redactado en inglés con el nombre de Andrew Berwick y titulado “A European Declaration of Independence - 2083”, explica que decidió pasar al acto desde el otoño de 2009 y detalla la que sería su forma de actuar. 

Menciona “el uso del terrorismo como forma de levantar a las masas”. “Considera que es cruel llevar a cabo tales actos, pero necesario”, declaró su abogado, Lippestad. 

En Noruega, donde la pena máxima es de 21 años de prisión, algunas voces reclamaron restablecer la pena de muerte. 

En la isla de Utoya, el sospechoso, disfrazado de policía y en posesión de dos armas de fuego, entre ellas un fusil automático, disparó sin cesar contra  los jóvenes durante una hora. 

Los sobrevivientes explicaron que disparó contra jóvenes que trataban de huir nadando, remató a los heridos y tiró contra las carpas de los adolescentes. 

En medio de interrogantes sobre el plazo de una hora entre la primera alerta del tiroteo de Utoya y la detención del individuo, la policía suministró el domingo las primeras explicaciones, subrayando que una unidad especial debía venir procedente de Oslo, a 40 km del lugar y luego tomar un barco. 

La masacre provocó una ola de indignación y solidaridad en el mundo. 

Todos los países nórdicos observarán este lunes un minuto de silencio a la misma hora en solidaridad con Noruega. 

Además de Noruega, los gobiernos de Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia pidieron a la población respetar un minuto de silencio a las 10:00 GMT.

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