21 dic 2010

EL CONTRATO PUBLICITARIO DEL BARÇA LA POLÉMICA ESTÁ SERVIDA
LA CONTROVERSIA DESLUCE EL CONTRATO PUBLICITARIO RÉCORD DE 136 MILLONES DE EUROS QUE FIRMARON HACE UNOS DÍAS EL FÚTBOL CLUB BARCELONA Y UNA POLÉMICA FUNDACIÓN DE QATAR.


Sandro Rosell (2i) y Xavier Faus (d), respectivamente, acompañados del responsable y el vicepresidente de Qatar Sports Investment, Ahmad al Sulaiti (2d) y Saif Ali Al-hajari (i). (EFE)

LA polémica estalló el pasado 10 de diciembre, fecha elegida por el Barcelona para anunciar el espectacular acuerdo alcanzado con la Qatar Foundation, que permitirá al club catalán lucir los próximos cinco años la publicidad más cara del mundo en la camiseta azulgrana a cambio de 165 millones, y desde entonces no ha parado de crecer.
Resulta que el 10 de diciembre es la fecha elegida por la ONU para celebrar el Día de los Derechos Humanos, cualidad bastante mutilada en el riquísimo país del golfo Pérsico. Resulta además que dicha publicidad compartirá espacio con el logotipo de Unicef una iniciativa de la anterior junta directiva con la cual el club catalán además aporta 1,5 millones de euros a dicha entidad, entre otros compromisos de colaboración, muy aplaudida por todo el mundo por su originalidad, desprendimiento y osadía solidaria.
Resulta también que el oráculo del barcelonismo, Johan Cruyff, a la sazón seleccionador catalán, se descolgó el pasado jueves acusando a la directiva presidida por Sandro Rosell de manchar la camiseta blaugrana, hasta el punto de afirmar que el Barça "ha dejado de ser más que un club porque ha perdido algo que lo hacía único y diferente".
Por si fuera poco, desde sectores de la anterior junta recuerdan al actual mandatario culé que una de las primeras cosas que hizo en cuando tomó las riendas del club fue revocar los acuerdos del Barça con Uzbekistán argumentando que su régimen no se caracteriza precisamente por respetar los Derechos Humanos, y esa circunstancia era incompatible con la imagen de la identidad y el logotipo Unicef que tan orgulloso luce.
Pero sobre todo resulta que el Barça tiene una deuda reconocida de 500 millones de euros, hay que pagar a sus selectos jugadores y tapar numerosos agujeros contables. Y una oferta así, tan suculenta, de 165 millones de euros fijos, más 5 variables, por cinco años; 15 millones en esta temporada, sin nada a cambio, y 30 en cada una de las cinco próximas temporada, merece una consideración. Porque el acuerdo, además, reconoce al Barça como el club mejor pagado del mundo, por encima del Real Madrid, que ingresa actualmente 23 millones de euros anuales de la casa de apuestas deportivas Bwin; o que el Manchester United (AON) y el Liverpool (Standard Chartered), que reciben 23,6 millones cada uno.
VENDER EL ACUERDO
Compatible con Unicef
Tomada la controvertida decisión, la directiva de Rosell trató de edulcorar el acuerdo para venderlo convenientemente y, sobre todo, para evitar que entrara en conflicto con la marca Unicef. Porque, en realidad, quien pagará al Barça es un fondo de inversión, Qatar Sports Investment (QSi), que depende del emir de Qatar, Hamad bin Khalifa Al Thani, pues de eso se trata. De unir el nombre del emirato con el equipo que mejor fútbol hace en el mundo. Un capricho más del emir, que fue capaz de comprar a la FIFA el Mundial de 2022.
Para enmascarar la operación, el emblema que aparecerá en la camiseta del Barça es el de una entidad filantrópica, Qatar Foundation, presidida por Sheikha Mozah, la mujer del emir, que ha recibido el visto bueno de Unicef.
Pero ha surgido otro problema. El reparto de los espacios. Todavía está por decidir aunque, probablemente, los jugadores del Barça llevarán en el pecho el nombre de Qatar Foundation, y detrás, bajo el dorsal, el de Unicef. Dos marcas solo para la Liga y la Copa, ya que la UEFA prohíbe lucir en la Liga de Campeones dos emblemas. En consecuencia, en Europa solo se exhibirá el de la entidad árabe.
Con todo, la UEFA estaba dispuesta a aceptar que el conjunto azulgrana, Nike, la marca que confecciona la ropa para el club azulgrana, la Qatar Foundation y Unicef consiguieran consensuar un logo único en la parte frontal de la camiseta aunque, finalmente, no ha sido posible alcanzar una solución que satisficiera a todas las partes ya que, para que se distinguieran bien las marcas, era necesario que estuvieran bastante separadas.
Pero la controversia no termina ahí. Sandro Rosell aseguró el pasado martes que el 23 de julio vendió su empresa Bonus Sports Marketing a DSAG, una multinacional de origen saudí, para evitar más suspicacias causadas por un hipotético conflicto de intereses. Rosell explicó que, como había prometido durante la campaña electoral, vendería su empresa para dedicarse plenamente a gestionar al Barça, pero que su experiencia y relaciones con la misma le había permitido "estrechar lazos con mucha gente en Qatar", lo cual le facilitó llegar a QSi y alcanzar el mejor acuerdo de patrocinio en una camiseta del fútbol actual.
Puesta la medalla, Rosell advirtió además que mediante esta fórmula se ha podido lograr un respiro a la situación económica del club sin necesidad de subir las cuotas a los socios o vender patrimonio de la entidad azulgrana.
Rosell, sobre todo, ha contado con el efusivo apoyo del entrenador Pep Guardiola, una voz sin duda con gran predicamento entre la afición culé. "Cuando en un club de más de cien años de historia se rompe una tradición es normal que haya debate", reconoció el técnico catalán, pero después de afirmar que si la directiva ha tomado esta decisión ha sido buscando la estabilidad económica de la entidad, defendió el técnico con rotundidad es la libertad que, a su juicio, existe en Qatar, país en el que estuvo durante dos años en la recta final de su carrera futbolística. "Hay injusticias como las hay en todo el mundo, también aquí. Es un régimen muy abierto, un país muy seguro, donde la gente tiene libertad, donde el gobierno ayuda a las iniciativas y donde la escolarización es buena. Hay unas reglas marcadas por el Gobierno, pero más por la religión musulmana. Es una cuestión de creencia, no de prohibición. Si no fuera un país en el que se respetaran los Derechos Humanos no se le habría dado el Mundial", recalcó.
Sin embargo, el debate se ha extendido entre la sociedad catalana alcanzando vuelos políticos, como demuestra la decisión de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), que ha llevado al Parlamento Europeo, a través de su eurodiputado Raúl Romeva, este acuerdo publicitario para saber si la Comisión Europea lo avala al provenir de un país como Qatar, que vulnera varios acuerdos sobre Derechos Humanos.
LA BROMA DE BLATTER
La ira de los homosexuales
Lo cierto es que en Qatar, según denuncia Amnistía Internacional, aún se ejercen los castigos públicos, se tolera la desigualdad entre hombres y mujeres de forma impune y están prohibidas las prácticas homosexuales.
Esta anomalía le fue planteada el pasado martes al presidente de la FIFA, Joseph Blatter quien, preguntado sobre si los gays y lesbianas deberían preocuparse por si podrán asistir al Mundial de Qatar, no se le ocurrió otra cosa que bromear sobre el tema. "Deberían abstenerse de cualquier actividad sexual", dijo el máximo mandatario del fútbol, levantando la furia de los colectivos gays de todo el orbe.
Aunque Blatter remarcó seguidamente que la FIFA no tolerará ninguna forma de discriminación y señaló que estaba seguro de que todos podrían asistir y disfrutar del Mundial de Qatar, esta polémica, al coincidir con la firma del contrato publicitario entre el Barça y QSi, derivó el foco de la controversia hacia dicho contrato, involucrando en la contestación a los sectores sociales más sensibles contra cualquier conculcación de los Derechos Humanos.
Pero el acuerdo ya no tiene marcha atrás. El Barça remienda su maltrecha economía, pero a costa de distorsionar la excelente imagen que había logrado extender por el mundo por su calidad futbolística y su labor altruista con Unicef.


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